Rafael Alberti





Rafael Alberti Merello

Poeta, dramaturgo y prosista



El Puerto de Santa María, Cádiz - España
16/12/1902 - 28/10/1999





SE EQUIVOCÓ LA PALOMA




Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo;
Que la noche, la mañana.
Se equivocaba.

Que las estrellas, rocío;
Que la calor, la nevada.
Se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa;
Que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.

Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.





PARAÍSO PERDIDO




A través de los siglos,
Por la nada del mundo,
Yo, sin sueño, buscándote.

Tras de mí, imperceptible,
Sin rozarme los hombros,
Mi ángel muerto, vigía.

¿A dónde el Paraíso
Sombra, tú que has estado?
Pregunta con silencio.

Ciudades sin respuesta,
Ríos sin habla, cumbres
Sin ecos, mares mudos.

Nadie lo sabe. Hombres
Fijos, de pie, a la orilla
Parada de las tumbas,

Me ignoran. Aves tristes,
Cantos petrificados
En éxtasis el rumbo,

Ciegas. No saben nada.
Sin sol, vientos antiguos,
Inertes, en las leguas

Por andar, levantándose
Calcinados, cayéndose
De espaldas. Poco dicen.

Diluidos, sin forma
La verdad que en sí ocultan,
Huyen de mí los cielos.

Ya en el fin de la Tierra,
Sobre el último filo,
Resbalando los ojos,

Muerta en mí la esperanza,
Ese pórtico verde
Busco en las negras simas.

¡Oh boquete de sombras!
¡Hervidero del mundo!
¡Qué confusión de siglos!

¡Atrás, atrás! ¡Qué espanto
De tinieblas sin voces!
¡Qué perdida mi alma!

Ángel muerto, despierta.
¿Dónde estás? Ilumina
Con tu rayo el retorno.

Silencio. Más silencio.
Inmóviles los pulsos
Del sinfín de la noche.

¡Paraíso perdido!
Perdido por buscarte,
Yo, sin luz para siempre.





¡OH TÚ, MI AMOR!




Oh tú, mi amor, la de subidos senos
En punta de rubíes levantados,
Los más firmes, pulidos, deseados,
Llenos de luz y de penumbras llenos.
Hermosos, dulces, mágicos, serenos
O en la batalla erguidos, agitados,
O ya en juegos de puro amor besados,
Gráciles corzas de dormir morenos.
Oh tú, mi amor, el esmerado estilo
De tu gran hermosura que en sigilo
Casi muriendo alabo a toda hora.
Oh tú, mi amor, yo canto la armonía
De tus perfectos senos la alegría
Al ver que se me abren cada aurora.





EL BLANCO ALHELÍ, MODAS




Tú no sabes lo que es eso
Y ojala nunca lo sepas
En la boca el colorete,
Las melenitas cortadas,
El cuerpo sobre la falda,
Y las medias transparentes.
¡Viva toda tú, franjada
De redondeles de grana!

¿No sabes que ya las rosas
No son del tiempo, en la cara?
Si a ti las pinta el aire,
¡Mejor que mejor, serrana!

¿No sabes que los cabellos
Los peinan peines de plata?
Si a ti los peina el viento,
¡Mejor que mejor, serrana!

¿No sabes tú que las medias
Son de seda y no de lana?
Si son de algodón las tuyas,
¡Mejor que mejor, serrana!





BALADA DEL QUE NUNCA FUE A GRANADA




¡Qué lejos por mares, campos y montañas!
Ya otros soles miran mi cabeza cana. Nunca fui a Granada.
Mi cabeza cana, los años perdidos.
Quiero hallar los viejos, borrados caminos.
Nunca vi Granada.

Dadle un ramo verde de luz a mi mano.
Una rienda corta y un galope largo.
Nunca entré en Granada.
¿Qué gente enemiga puebla sus adarves?
¿Quién los claros ecos libres de sus aires?
Nunca fui a Granada.

¿Quién hoy sus jardines aprisiona y pone
Cadenas al habla de sus surtidores?
Nunca vi Granada.

Venid los que nunca fuisteis a Granada.
Hay sangre caída, sangre que me llama.
Nunca entré en Granada.

Hay sangre caída del mejor hermano.
Sangre por los mirtos y aguas de los patios.
Nunca fui a Granada.

Del mejor amigo, por los arrayanes.
Sangre por el Darro, por el Genil sangre.
Nunca vi Granada.

Si altas son las torres, el valor es alto.
Venid por montañas, por mares y campos.

Entraré en Granada.





EL ABURRIMIENTO




Poema escénico.

Me aburro.
Me aburro.
Me aburro.
¡Cómo en Roma me aburro!
Más que nunca me aburro.
Estoy muy aburrido.
¡Qué aburrido estoy!
Quiero decir de todas las maneras
Lo aburrido que estoy.
Todos ven en mi cara mi gran aburrimiento.

Innegable, señor.
Es indisimulable.
¿Está usted aburrido?
Me parece que está usted aburrido.
Dígame, ¿a dónde va tan aburrido?
¿Que usted va a las iglesias con ese aburrimiento?
No es posible, señor, que vaya a las iglesias
Con ese aburrimiento.
¿Que a los museos dice siendo tan aburrido?
¿Quién no siente en mi andar lo aburrido que estoy?
¡Qué aire de aburrimiento!
A la legua se ve su gran aburrimiento.

Mi gran aburrimiento.
Lo aburrido que estoy.
Y sin embargo, ¡oooh!
He pisado una caca
Acabo de pisar ¡Santo Dios!, una caca
Dicen que trae suerte el pisar una caca
Que trae mucha suerte el pisar una caca
¿Suerte, señores, suerte?
¿La suerte, la suerte?
Estoy pegado al suelo.
No puedo caminar.
Ahora sí que ya nunca volveré a caminar.
Me aburro, ay, me aburro.
Más que nunca me aburro.
Muero de aburrimiento.
No hablo más
Me morí.





LOS ÁNGELES BÉLICOS




Viento contra viento.
Yo, torre de mando, en medio.
Remolinos de ciudades
Bajan los desfiladeros.
Ciudades del viento sur,
Que me vieron.
Por las neveras rodando,
Pueblos.
Pueblos que yo desconozco,
Ciudades del viento norte,
Que no me vieron.
Gentío de mar y tierra,
Nombres, preguntas, recuerdos,
Frente a frente.
Balumbas de frío encono,
Cuerpo a cuerpo.
Yo, torre de mando, en medio,
Lívida torre colgada
De almas muertas que me vieron,
Que no me vieron.
Viento contra viento.





SUEÑO DEL MARINERO




Yo, marinero, en la ribera mía,
Posada sobre un cano y dulce río
Que da su brazo a un mar de Andalucía,

Sueño en ser almirante de navío,
Para partir el lomo de los mares,
Al sol ardiente y a la luna fría.

¡Oh los hielos del sur! ¡Oh las polares
Islas del norte! ¡Blanca primavera,
Desnuda y yerta sobre los glaciares!

¡Cuerpo de roca y alma de vidriera!
¡Oh estío tropical, rojo, abrasado,
Bajo el plumero azul de la palmera!

Mi sueño, por el mar condecorado,
Va sobre su bajel, firme, seguro,
De una verde sirena enamorado,

Concha del agua allá en su seno oscuro.
¡Arrójame a las ondas, marinero
Sirenita del mar, yo te conjuro!

¡Sal de tu gruta, que adorarte quiero,
Sal de tu gruta, virgen sembradora,
A sembrarme en el pecho tu lucero!

Ya está flotando el cuerpo de la aurora
En la bandeja azul del océano
Y la cara del cielo se colora.

De carmín. Deja el vidrio de tu mano
Disuelto en la alba urna de mi frente,
Alga de nácar y cantadora en vano

Bajo el vergel azul de la corriente.
¡Gélidos desposorios submarinos
Con el ángel barquero del relente.

Y la luna del agua por padrinos!
El mar, la tierra, el aire, mi sirena,
Surcaré atado a los cabellos finos.

Y verdes de tu álgida melena.
Mis gallardetes blancos enarbola,
¡Oh marinero!, ante la aurora llena.

¡Y ruede por el mar tu caracola!





ESE GENERAL




Aquí está el general.
¿Qué quiere el general?
Una espada desea el general.
Ya no existen espadas, general.
¿Qué quiere el general?
Un caballo desea el general.
Ya no existen caballos, general.
¿Qué quiere el general?
Otra batalla quiere el general.
Ya no existen batallas, general.
¿Qué quiere el general?
Una amante desea el general.
Ya no existen amantes, general.
¿Qué quiere el general?
Un gran tonel de vino desea el general.
Ya no hay tonel ni vino, general.
¿Qué quiere el general?
Un buen trozo de carne desea el general.
Ya no existen ganados, general.
¿Qué quiere el general?
Comer yerbas desea el general.
Ya no existen los pastos, general.
¿Qué quiere el general?
Beber agua desea el general.
Ya no existe más agua general.
¿Qué quiere el general?
Dormir en una cama desea el general.
Ya no hay cama ni sueño, general.
¿Qué quiere el general?
Perderse por la tierra desea el general.
Ya no existe la tierra, general.
¿Qué quiere el general?
Morirse como un perro desea el general.
Ya no existen los perros, general.
¿Qué quiere el general?
¿Qué quiere el general?
Parece que está mudo el general.
Parece que no existe el general.
Parece que se ha muerto el general.
Que ya ni como un perro se ha muerto el general,
Que el mundo destruido, ya sin el general,
Va a empezar nuevamente, sin ese general.





NOCTURNO




Toma y toma la llave de Roma,
Porque en Roma hay una calle,
En la calle hay una casa,
En la casa hay una alcoba,
En la alcoba hay una cama,
En la cama hay una dama,
Una dama enamorada,
Que toma la llave,
Que deja la cama,
Que deja la alcoba,
Que deja la casa,
Que sale a la calle,
Que toma una espada,
Que corre en la noche,
Matando al que pasa,
Que vuelve a su calle,
Que vuelve a su casa,
Que sube a su alcoba,
Que se entra en su cama,
Que esconde la llave,
Que esconde la espada,
Quedándose Roma
Sin gente que pasa,
Sin muerte y sin noche,
Sin llave y sin dama.





A PABLO NERUDA, CON CHILE EN EL CORAZÓN




No dormiréis, malditos de la espada,
Cuervos nocturnos de sangrientas uñas,
Tristes cobardes de las sombras tristes,
Violadores de muertos.

No dormiréis.

Su noble canto, su pasión abierta,
Su estatura más alta que las cumbres,
Con el cántico libre de su pueblo
Os ahogarán un día.

No dormiréis.

Venid a ver su casa asesinada,
La miseria fecal de vuestro odio,
Su inmenso corazón pisoteado,
Su pura mano herida.

No dormiréis.

No dormiréis porque ninguno duerme.
No dormiréis porque su luz os ciega.
No dormiréis porque la muerte es sólo
Vuestra victoria.

No dormiréis jamás porque estáis muertos.





CANTO, RÍO, CON TUS AGUAS




Canto, río, con tus aguas:

De piedra, los que no lloran.
De piedra, los que no lloran.
De piedra, los que no lloran.

Yo nunca seré de piedra.
Lloraré cuando haga falta.
Lloraré cuando haga falta.
Lloraré cuando haga falta.

Canto, río, con tus aguas:

De piedra, los que no gritan.
De piedra, los que no ríen.
De piedra, los que no cantan.

Yo nunca seré de piedra.
Gritaré cuando haga falta.
Reiré cuando haga falta.
Cantaré cuando haga falta.

Canto, río, con tus aguas:

Espada, como tú, río.
Como tú también, espada.
También, como tú, yo, espada.

Espada, como tú, río,
Blandiendo al son de tus aguas:

De piedra, los que no lloran.
De piedra, los que no gritan.
De piedra, los que no ríen.
De piedra, los que no cantan.







Rafael Alberti


VAIVÉN

Por la tarde, ya al subir;
Por la noche, ya al bajar;
Yo quiero pisar la nieve
Azul del Jacarandá.

¿Es azul, tarde delante?
¿Es lila, noche detrás?
Yo quiero pisar la nieve
Azul del Jacarandá.

Si el pájaro serio canta
Yo quiero pisar la nieve
Azul del Jacarandá.

Si el mirlo liliburlero,
Que es lila su lilear;
Yo quiero pisar la nieve
Azul del Jacarandá.

Ya nieve azul a la ida,
Nieve lila al retornar;
Yo quiero pisar la nieve
Azul del Jacarandá.







Rafael Alberti


PREGÓN

¡Vendo nubes de colores:
Las redondas, coloradas,
Para endulzar los calores!

¡Vendo los cirros morados
Y rosas, las alboradas,
Los crepúsculos dorados!

¡El amarillo lucero,
Cogido a la verde rama
Del celeste duraznero!

¡Vendo la nieve, la llama
Y el canto del pregonero!





Reseña biográfica

Poeta y dramaturgo español, nacido en el puerto de Santa María, Cádiz, en 1902.

Considerado como uno de los grandes poetas del panorama literario español, fue el último poeta de la Generación del 27, ganador del Premio Nacional de Literatura en 1925 y del Premio Cervantes en 1983.

Durante la guerra civil militó activamente en la política y dirigió varias revistas de orientación comunista.

Vivió en el exilio hasta el año de 1977.

Entre sus obras más importantes se cuentan Marinero en Tierra, Sobre los Ángeles, Cal y Canto y Sermones y Moradas.

Falleció en Madrid en 1999



















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